Comparte
Es curioso como parece que todo siempre vuelve a uno.
Para aceptar lo que viene o esta afuera, es necesario aceptar lo que sucede dentro.
Lo que pensamos de lo que nos pasa y no nos gusta.
Lo que sentimos de lo que sucede y no nos gusta

En realidad, lo que no nos gusta o lo que rechazamos es lo que sucede dentro. La incomodidad, la tristeza, la decepción, el enfado, el miedo, el dolor, la incertidumbre, el no control.

En ocasiones confundimos la aceptación con la resignación. Parecen hermanas, pero en realidad son desconocidas que poco en común tienen.

La resignación es quedarme quieto quejándome bajo la seguridad de que tengo razón de hacerlo. Es una postura cerrada que no permite dialogo ni tampoco escucha. Suele ser dolorosa y produce una sensación de estancamiento que me deja sin salida aparente. Es una voz interior redundante que me deja por encima de la situación, encerrándome en el dolor y el sufrimiento.

La aceptación es amable, es apertura para ver más allá de lo que esta sucediendo. Confundimos aceptar con gustar, aprobar, agradar, estar de acuerdo, olvidar, pero no es asi. Puede no gustarte ni aprobarlo, ni agradarte, ni estar de acuerdo, ni olvidar, pero aun así aceptar. Aceptar que lo que sucede no se puede cambiar, que no esta en tus manos. La aceptación son las alas del momento presente, que te permite liberarte de cualquier pensamiento de yugo que te martiriza.

Esta es una de las razones por las que cuesta tanto aceptar, porque creemos que es algo que no es. Una vez aclarado, veras la aceptación como un ángel caído del cielo que viene a recordarte que eres libre y que la vida continua pase lo que pase.

¿Por qué la aceptación empieza por mi?

Porque soy yo el que debe darle entrada a mi vida, no lo puede hacer nadie por mi.

Aceptarme, significa aceptar lo que sucede en mi cabeza, en mi corazón y en mi vida. Recordando que el tono y el color de todo lo que me pasa, se lo doy yo.

No hay mejor ejemplo que vivirlo. Piensa en algo que te cueste aceptar, trae esa situación a este momento. Seguramente es algo que tienes dándole vueltas mucho tiempo y sigue allí sin estar resuelto. Si puedes, idealmente escríbelo, así te darás cuenta de todo detalle.

1. Describe o escribe la situación, así te darás cuenta de todo detalle.

Escribe la situación lo mas claro posible, incluyendo lo que piensas de esa situación y lo que sientes. Tus emociones, tus sentimientos, lo que te molesta o duele. La pregunta a responder es ¿Cuál es la situación que no puedo aceptar?

2. Reconoce tus emociones y sentimientos

En realidad, la situación no es relevante sino lo que sentimos con respecto a ella. Date cuenta de lo que sientes, si necesitas escribir una lista hazlo, es momento de profundizar. Aquí, responde a esta pregunta ¿Qué emociones y que sentimientos me despierta esa situación?

3. Haz conciencia de lo que sientes.

Te darás cuenta que lo que en realidad quisieras cambiar es como te sientes, no la situación. Aceptar tus sensaciones y emociones. Aceptar que te sientes mal en una situación. Aceptar que te molesta algo. Aceptar tu incomodidad, es el primer paso. No querer cambiar nada sino dejar que esté. ¿para que? Para que te conozcas. Todo es información de ti para ti, puede ser que te des cuenta de la exigencia, de las expectativas, etc. Hacer conciencia de lo que sientes, significa abrazarlo, abrazarte, reconocerlo, reconocerte y así pasar a la autocompasión sobre ti mismo. Allí empieza el viaje de la autoaceptación. Responde honestamente ¿De qué me doy cuenta con respecto a mí mismo?

4. Toma Acción.

Aceptar significa seguir con la vida, pese a que te sientas como te sientes. No querer cambiar lo que sucede dentro sino seguir pese a ello. Tomando acción hacia donde tus emociones y sentimientos te llevan. Ojo, esto no quiere decir que reacciones, sino que actúes con consciencia de lo que te ayudará a cambiar tu estado anímico. La pregunta que te ayudara a tomar acción es: ¿Qué me apetece hacer sabiendo ahora lo que se de mí?

La aceptación nos mueve del drama del dialogo interno que nos impide avanzar hacia donde deseamos estar y como deseamos sentirnos. Es la liberación que nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos y que nos enseña a conectar con lo que sucede dentro sin desear cambiarlo, porque aceptándolo se transforma por si solo.

La aceptación es acción, es una postura digna ante la vida, que es sostenida por el amor y la confianza de que lo que sucede tiene que suceder tal cual sucede para mi.

Recuerda que todo lo que sucede dentro de ti es cosa tuya, de nadie más. Conforme nos vamos acercando más a aceptar lo que sucede dentro de nosotros, más libres seremos y más libres somos si hacemos de ello una labor amorosa con nosotros mismos. No existen culpables en este proceso, ya que, de haberlos, estaríamos culpando a otros de lo que sentimos y eso nos alejaría de la aceptación.

-Aceptarme es aprender a escucharme y responder a lo que necesito hacer-

¿Qué opinas? Hazme saber que situación estas pasando por dentro que te cuesta tanto aceptar.

Como siempre gracias por leerme y por estar