Es así como denomino yo a la practica activa de Mindfulness a las emociones. Sólo en la quietud y en el silencio podremos dejar fluir lo que sucede dentro. De manera inconsciente reprimimos emociones que tienen consigo sensaciones desagradables, las cuales al no ser liberadas, van provocando dia a dia incomodidades que nos llevan a reacciones automáticas que generan malas relaciones, malestar físico, ansiedad y depresión.
Cuando nos iniciamos en la practica del Mindfulness, podremos poco a poco y de manera muy amable ir dejando fluir esas emociones. Es ideal que al inicio de este tipo de práctica estes acompañado de un guía que te ayude a mantenerte en el presente y no revivir situaciones pasadas o miedos futuros que te originen mayor preocupación.
Sin darnos cuenta nos sumergimos en círculos emocionales viciosos, por lo que repetimos constantemente actitudes y reacciones, provocados por secuestros emocionales que poco podemos controlar. En el habito de meditar esta el ir construyendo nuevos caminos mentales y emocionales conscientes que nos permiten estar mas alerta de los intervalos que existen entre lo que nos estimula una emoción desagradable y la respuesta reactiva.
Otro beneficio del mindfulness emocional es el cultivo de la autocompasión, la autoaceptación y el despertar de una amabilidad con nosotros mismos, lo cual abre nuevas posibilidades de percibir la realidad, tomándonos lo que percibimos de una manera más ecuánime.
Todo lo anterior va construyendo una nueva realidad emocional, permitiéndonos percibir, comprender y gestionar nuestras emociones de una manera más amorosa.