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Cuando me refiero a Vive tus relaciones es para pasar a la acción. Pasamos mucho tiempo analizando, reflexionando, pensando, criticando, juzgando, esperando sin que ello signifique plenitud. Vamos al lado opuesto de la vida, que es estar paralizados, esperando a que el otro haga, diga, sienta.

Vivir nuestras relaciones, propone una actitud proactiva en sentido a lo que deseamos nosotros percibir en nuestra vida.

Se dice fácil pero no lo es, requiere de mucha apertura para ver todo lo que nosotros estamos haciendo, tomando consciencia de nuestra propia percepción de lo que consideramos que una relación debe ser.

De manera inconsciente estamos condicionados a relacionarnos según hemos aprendido desde pequeños, nuestra familia, nuestra cultura y nuestras experiencias, llevando todo eso encima como una tela frente al corazón que anúblese el amor.

La buena noticia es que tampoco es tan difícil. Tan solo hay que prestar atención a lo que sucede dentro en todo momento, verlo, hacerlo consciente y moverlo del lado del miedo al lado del amor, con total soltura.

Las primeras experiencias serán como pasear por terreno no firme, ya que estamos acostumbrados a pisar tierra dolorosa, pero cuando aprendes a caminar sobre suelo fértil que se va alimentando a través de ti, no es solo liberador, sino que también nutritivo para el alma.

Cada uno tiene su tiempo, sus formas y su ritmo. La idea es avanzar siempre hacia delante, y aunque a veces debamos permanecer quietos, seguimos viviendo.